miércoles, 8 de octubre de 2008

Fue efímera la creación del Atlántico, a raíz de lágrimas de unicornios fieles que antaño galopaban tus débiles vértebras. Con flechas en el corazón murieron, el mar vistió de luto rojo durante 3000 noches frías.

Mis animales aportaron amor incondicional perdiendo su esencia… Pero no importa, me reinvento cada día. A lo largo de mi piel poros con los que absorbo las calles, los olores de mil flores silvestres ayudan a la fábrica de mis lienzos; imprimación y los dejo secar.

Una estatua de agua y aceite simboliza lo que algún día fuimos, lo que somos y lo que al fin y al cabo seremos siempre… Luz entre persianas; penumbra siempre.

En los bares me acurruco por las noches, aunque lloren las farolas no falta luz, vuelta a casa. En mi cuarto velas de cereza hacen que recuerde mi tierra, la mía.

Mis ideas que cabalgaban por ti, sanándote… Ahora solo son huesos ahogados entre paciones de esperanza donde dejaron magia que hoy impregna sonrisas no particulares, no privadas. Derribando irracional, se escapa por los tejados las noches frías cuando aparecen los gitanos y las estrellas por los balcones batiendo sus alas, planeando sobre la ciudad.
Cada día nacen multitud de criaturas fantásticas, como larvas en mi yo más íntimo, en mi alma y mis entrañas; como hice con mis unicornios de fuego… Todavía les oigo relinchar mientras recorren los infiernos, ahora sí, más libres que nunca. Muertos, beben whisky, lo sé.

Para las nuevas criaturas tengo un continente entero, no el tuyo, no; el mío. Sin verjas, ni alambres. Ni normas, ni fronteras. Sin engaños, sin mentiras, donde el sol recude las lágrimas sobre los campos que son coladores filtrando la desolación, la transportan a un lugar desconocido. Es una tierra donde ya no se regala equilibrio, así que, no vuelvas buscando amor.
Mis ojos siguen siendo buena gente, una canción quizá, o más bien dos; no sé. Solo sé que tus malos gestos los enterré en la Luna, esa tierra tuya sobrevolada por águilas, superpoblada de lobos.
Pero los lobos solo son apacibles cuando no tienen hambre por las noches cuando se recuestan en las sábanas; y en mi tierra ya no hay cobardes ni sábanas, duermo desnuda en los árboles, mecida por las olas que tantas veces me engañaron y ahora esclarecen las ideas.

2 comentarios:

OjosMiel. dijo...

él siempre intentaba ser un lobo bueno...cuando no lo era.
No podemos cambiar nuestra naturaleza.

Calypso dijo...

"Una estatua de agua y aceite simboliza lo que algún día fuimos, lo que somos y lo que al fin y al cabo seremos siempre… Luz entre persianas, engañabobos; penumbra siempre."

Me encanta ese trozo. Creo que es la mejor definición de la felicidad: "Luz entre persianas" 4 rayos efímeros que dejan en penumbra la oscuridad total.


Un besazoooo!!